ANDANDO POR VIROLÍN

El viaje a Virolín fue algo más corto que nuestra visita en Charalá, duró aproximadamente 1 hora con 30 minutos. El clima de Virolín generalmente es lluvioso, tienen muy poca población y la mayoría de sus habitantes son gente mayor; su acceso por carretera fue algo difícil, fue necesario utilizar una camioneta 4x4 debido a que las vías no están pavimentadas y el turismo es comunitario.




Cabe resaltar que la comunicación no es muy buena, al no tener una buena señal telefónica, Virolín se convierte en un perfecto destino para descansar de la ciudad, salir de lo cotidiano y disfrutar de sus hermosos paisajes.

La guía encargada nos recibió en una casa típica de la zona, fue un ambiente muy familiar y ameno, ella organizó para nosotros una serie de actividades:
  • Primero, fuimos a una pequeña caminata y nos adentramos en un bosque reserva, allí tuvimos la oportunidad de tocar un roble negro que es el más importante en su especie en la reserva de robles, además en este lugar se encuentran varias especies muy valiosas de robles.   
  • Después conocimos el río de aguas rojas, el cual es bastante frío. Allí compartimos un rato muy agradable.






  • Luego visitamos el orquidiario local, allí tienen varias especies de orquídeas únicas y propias de la región.


  • Más adelante, cada uno de nosotros ayudó a la reforestación de las tierras sembrando un árbol.
  • Finalmente, al concluir de cada comida durante los 2 días de estadía, intercambiamos anécdotas, historias y vivencias con las personas del lugar, nos contaron acerca de la comunidad de los Taos (comunidad vecina), la época de violencia y algunos mitos y leyendas de la región.




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